Manejo de Desacuerdos entre Estudiantes
Escrito por Michael Foust
Eventualmente, Surgen Problemas
Cada año, los maestros entran al aula en el primer día con esperanza y optimismo. Después de todo, es una nueva clase. También es una nueva mezcla de estudiantes, cada uno con sus propias aspiraciones para el futuro. En el primer día de clases, todo parece posible. Se trata de nuevos comienzos y oportunidades frescas.
Eventualmente, sin embargo, surgen problemas. Las divisiones menores entre los estudiantes a menudo se convierten en disputas y luego en argumentos y peleas. A veces, los estudiantes incluso pueden llegar a la violencia física.
¿Así que, cómo debería un maestro manejar los desacuerdos en el aula?
Primero, es importante recordar que tu reacción a la situación será observada y juzgada por todos los estudiantes, incluidos aquellos que no están involucrados. Por esta razón, muchos maestros utilizan el acrónimo útil SOAR como un dispositivo mnemotécnico: Stop (Detener), Observe (Observar), Access (Evaluar), Respond (Responder). Toma una respiración profunda y, si es posible, observa brevemente la situación y reúne los hechos en tu mente antes de intervenir. Si la situación se ha vuelto física, considera pedir ayuda a un compañero de trabajo.
En segundo lugar, mantén un tono calmado y positivo. Tu objetivo no solo es lograr la paz en el aula, sino también restaurar la relación entre las partes involucradas. Los niños y adolescentes pueden ser rápidos para perdonar. ¿Quién sabe? Una vez que se resuelva la situación, los dos estudiantes que estaban peleando pueden llegar a ser mejores amigos. Los argumentos y peleas pueden convertirse en momentos de enseñanza. Estás enseñando a los estudiantes a resolver problemas no solo en el aula, sino también en el mundo real. Pregúntate: ¿Cómo están impactando mis palabras y mi lenguaje corporal la situación?
En tercer lugar, reconoce el problema. Aclara y expresa las preocupaciones de los estudiantes. Establece reglas básicas para ambas partes. Entre las reglas básicas:
1) escucha primero,
2) no interrumpas,
3) respeta a cada persona,
4) evita ataques personales, y,
5) aborda el tema, no a la persona.
A veces, los argumentos son culpa de un malentendido. Asegúrate de que cada parte haya tenido la oportunidad de explicar completamente su punto de vista.
Cuarto, busca áreas de acuerdo. Afirma el valor de las opiniones. Anima a los estudiantes a aprender a discutir y persuadir, y a tolerar puntos de vista opuestos. Tu objetivo es dirigir el argumento hacia una discusión saludable.
Quinto, crea una solución. Considera pedir a los estudiantes que escriban unas pocas oraciones sobre la situación. (Tal tarea podría explorar lo que aprendieron y ofrecer sugerencias sobre cómo manejar desacuerdos futuros.) Anima a los estudiantes a practicar la bondad y la empatía con aquellos que tienen puntos de vista opuestos.
Finalmente, recuerda a los estudiantes que pueden jugar un papel pequeño pero importante en traer paz a nuestro mundo lleno de conflictos. Es posible estar en desacuerdo sin ser desagradable. Es posible construir un equipo sólido con puntos de vista diversos. Tu aula puede ser parte de la solución.
Acerca de
Michael Foust ha sido escritor y editor durante más de 25 años. Sus historias han aparecido en docenas de publicaciones, incluyendo Leaf-Chronicle, Toronto Star, Knoxville News-Sentinel y Union-Recorder. Es graduado de la Universidad de Tennessee-Knoxville, esposo de una esposa increíble, Julie, y padre de cuatro niños pequeños.