Ánimo para Maestros que se Sienten un Fracaso
Escrito por Britt Mooney
No estás perdiendo. Estás aprendiendo.
Estaba jugando baloncesto. Mi hijo, que tenía cuatro años, estaba emocionado por unirse a mí. Hizo unos tiros, pero apenas podía levantar la pelota hasta el aro. Unos minutos después, se sentó a un lado con la cabeza agachada.
“¿Qué pasa, amigo?” le pregunté.
“Estoy perdiendo.”
“No,” le dije. “No estás perdiendo. Estás aprendiendo.”
Como maestros, nos enfrentamos a una serie de decisiones cruciales a diario. Las relaciones con estudiantes, padres, compañeros de trabajo y administradores requieren interacciones continuas que pueden ser positivas o negativas. Cuando sumas la preparación y ejecución de las lecciones, la situación se complica aún más.
Si te mudas a una nueva escuela, a otra zona del país o al extranjero, aumentan las oportunidades de fracasar. Enfrentarse a las normas de esa escuela provoca estrés. Incluso si hacemos preguntas de antemano, seguiremos siendo ignorantes de algunas reglas y expectativas no expresadas.
Todos estos elementos se combinan para crear una mezcla perfecta de ansiedad y frustración. La mayoría de los maestros se sienten generalmente inteligentes y seguros, especialmente si han tenido experiencia educativa previa, pero aprender sobre nuevas culturas puede hacernos sentir incompetentes.
Cuando los fracasos comienzan a acumularse, podemos sentir ganas de rendirnos. Desafortunadamente, a menudo no nos damos cuenta de que nuestros colegas también sienten frustración. Nos sentimos solos en todo el proceso.
¿Qué podemos hacer cuando nos sentimos un fracaso?
Primero, sé consciente de que todos los maestros quieren renunciar en algún momento. Nos sentimos frustrados y agotados. El número de maestros que renunciaron el año pasado fue un 40% mayor que el del año anterior, según los cálculos de LinkedIn.
Segundo, reconoce que las cosas mejorarán. Acepta que necesitas ayuda y pídela. Si te mantienes lo suficientemente humilde para aprender, te adaptarás.
Tercero, perseverar a través de estos momentos difíciles te convertirá en una mejor persona y en un mejor maestro. Encontrarás nuevos recursos o serás más creativo con los que ya tienes. Estas son habilidades increíbles que llevarás contigo a otras situaciones.
Cuarto, habla con un administrador o colega en quien confíes y admite cómo te sientes. Ellos pueden animarte con una nueva perspectiva y podrían ofrecerte sugerencias basadas en su experiencia.
Quinto, recuerda que los estudiantes te necesitan para que te quedes y te mantengas comprometido. Los niños ven cómo las personas van y vienen, y recuerdan a aquellos que se quedan. Los niños son geniales dando segundas oportunidades.
El fracaso es parte del crecimiento y la mejora. Anímate y considera tus errores como oportunidades para aprender y convertirte en un mejor maestro.
Para obtener información sobre la enseñanza en otros países, consulta “Los Desafíos de los maestros estadounidenses en el extranjero.”
Acerca de
Britt Mooney ha enseñado en escuelas privadas y públicas en los Estados Unidos y en una escuela internacional en Corea del Sur. Actualmente trabaja para una empresa de café, escribe novelas de fantasía y vive en el área de Atlanta, Georgia, con su esposa y tres hijos.